Parco e Museo Genna Maria
Villanova Forru

La iglesia de San Lorenzo (Santu Laretu), fundada en el siglo XII, con sus sillares cuadrados de traquita, atestigua el encanto del arte cisterciense. 

La fachada presenta un arco apuntado sobre la puerta arquitrabada, realzado por los tonos naturales de la piedra local y su hábil utilización. La hermosa espadaña con doble campanario sobre ella. 

Al entrar en la iglesia, llama inmediatamente la atención la nave única absidal sin crucero y el techo sostenido por tres cerchas de madera. El ábside está adornado con una peculiar abertura en forma de cruz.

En la pared derecha de la nave, se pueden admirar los espléndidos frescos del siglo XV que representan a los santos Blas, Lorenzo, Benito y Cristóbal, y que llaman la atención por sus tonos de color magistralmente dosificados en verde pálido, ocre y ladrillo. 

El altar está construido en piedra traquita, mientras que el actual suelo de terracota sustituye a las antiguas losas de piedra.

El perímetro exterior del edificio está decorado con arcos colgantes de doble arco, sostenidos por ménsulas molduradas y esculpidos con motivos especiales: entre ellos, un protomo bovino en la fachada, una máscara antropomorfa bajo el séptimo arco del lado sur y una figura orante en el ábside. 

En el patio de la iglesia -que antaño albergaba el cementerio- hay cinco betili pertenecientes a la Tumba de los Gigantes de Sa Pedra Longa

El mayor de ellos, con una altura de 1,77 metros, tiene una ranura en la parte superior que sugiere un antiguo significado ritual.